La fuerte suba del dólar en lo que va del mes, y el buen momento de la Bolsa, hace que los inversores se pregunten cuál es la alternativa más conveniente. Obviamente, siempre sosteniendo que no es bueno poner los huevos en una sola canasta, no puede descartarse la diversificación.

La idea es que en el largo plazo, tiendan a igualarse las opciones. Pero eso solo en teoría. El gran diferencial entre el dólar blue y el oficial no es sostenible. Es probable que se achique la diferencia aumentando el ritmo de la devaluación e incluso bajando un poco el ilegal. Ya muchos funcionarios se convencieron que en los precios internos los agentes económicos miran más al blue que al oficial.

Massa, luego del comentario del Papa Francisco que tiene buena memoria y al ministro no lo quiere, sabe que su suerte política depende de bajar la inflación en forma significativa.

No puede descartarse un Plan B, con una alternativa de estabilización, si a partir de marzo no se observa un cambio de tendencia.

La Bolsa apuesta a un cambio, ahora o en 2023. Los precios muy bajos en término de dólares blue, hace que la tendencia sea para arriba. Además, se acercan los trimestrales cerrados en diciembre (para los finales hay más tiempo) y todo indica que en la mayoría serán positivos. Además, y a riesgo de ser reiterativo, se vienen los dividendos en efectivo (algunos en dólares) que se comenzarán a pagar en marzo/abril. No pueden descartarse anticipos, como ya sucedió en algunos papeles.

Héctor Tavares


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